El término Cloud Computing reúne ideas tan diversas como el almacenamiento de información, las comunicaciones entre ordenadores, la provisión de servicios o las metodologías de desarrollo de aplicaciones, todo ello bajo el mismo concepto.

Características

Entre las características que deben cumplir los servicios para considerarse ‘cloud’ se encuentran:

  • Autoservicio bajo demanda: un usuario debe poder, de forma unilateral,  proveerse de recursos informáticos tales como tiempo de proceso o capacidad de almacenamiento en la medida de sus necesidades sin que sea necesaria la intervención humana del proveedor del servicio.
  • Acceso amplio a la red: los servicios proporcionados deben poder ser accesibles a través de mecanismos estándares y desde plataformas heterogéneas (por ejemplo: ordenadores, teléfonos móviles o tabletas).
  • Asignación común de recursos: los recursos son puestos a disposición de los consumidores siguiendo un modelo de multipropiedad, asignándose y reasignándose dispositivos físicos o lógicos atendiendo a la demanda de dichos consumidores. En este sentido el usuario no tiene un estricto control del lugar exacto en el que se encuentra su información, aunque sí debe poder especificar un ámbito mínimo de actuación (por ejemplo: un país, un estado o un centro de proceso de datos concreto).
  • Rápida elasticidad: las capacidades en los recursos proporcionados a los usuarios deben poder crecer o decrecer bajo demanda de los mismos con celeridad, incluso mediante procesos automáticos.
  • Servicio medible: los sistemas cloud deben controlar y optimizar sus recursos dotándose de capacidades para medir su rendimiento en un nivel de abstracción suficiente para la naturaleza del servicio proporcionado. Además dicho control debe permitir ser reportado de manera transparente tanto al proveedor del servicio como al consumidor del mismo.

Modelos de nube según la privacidad

El hecho de que la información manejada resida temporal o definitivamente en servidores en la nube lleva a que dichos servicios ofrezcan distintos formatos de privacidad que pueden elegir los usuarios. De ahí que  se planteen varios modelos de nubes como espacios de desarrollo de los servicios ofertados.

Nubes públicas

Los usuarios acceden a los servicios de manera compartida sin que exista un exhaustivo control sobre la ubicación de la información que reside en los servidores del proveedor. El hecho de que sean públicas no es un sinónimo de que sean inseguras.

Nubes privadas

Para los clientes que lo necesiten, por ejemplo, por la criticidad de la información que manejen, la nube privada será una infraestructura, plataforma y aplicaciones de su uso exclusivo.

Nubes híbridas

Combinan características de las dos anteriores, de manera que parte del servicio se puede ofrecer de manera privada (por ejemplo la infraestructura) y otra parte de manera compartida en la nube pública (por ejemplo las herramientas de desarrollo).